BREAKING BAD
Walter White es un hombre que ha tirado la toalla ante los
problemas de la vida. Trabaja como profesor de química en un instituto y este
labora horas extra en un lavadero de coches en el que es el último mono. Tiene
un hijo discapacitado al que sobreprotege y deja que su esposa embarazada le
mangonee impunemente, así que cuando lo conocemos, no parece que esté
precisamente a punto de embarcarse en una aventura excitante ya que Walter ha
descuidado mucho a su familia hasta el punto de perderla.
Sin embargo, todo da un giro de 180º cuando descubre que
tiene un cáncer terminal y, cuando empieza a hacer cuentas, se percata de que
su familia se quedará sin un futuro cuando él fallezca. Casualidades de la
vida, se topará con Jesse Pinkman, un alumno que se dedica a fabricar
metanfetamina de manera casera y a menudear con su mercancía para obtener
dinero con el que poder colocarse, viendo el el gran veneficio que este negocio
deja empieza toda la travesía y problemáticas a la que se va enfrentar para
poder dejarle un futuro mejor a su familia.
Alumno y maestro irán aprendiendo el uno del otro hasta
convertirse en una suerte de Quijote y Sancho del tráfico de drogas. Por
cierto, los elementos de la tabla periódica que aparecen en los
títulos de crédito forman la fórmula de la metanfetamina (C10H15N) y
su peso molecular (149.24).
Esta es una serie muy interesante y a mi gusto de culto que
consigue sorprender con giros de guion inesperados. No lo digo solo yo, sino
que hay un consenso unánime de críticos que la consideran como una de las
mejores series de todos los tiempos. Razón: un guion inmejorable en su género
que explota la tensión entre los personajes con la denominada técnica de
la olla a presión.
Han sido cinco las temporadas que han conformado la serie:
la primera constaba únicamente de 7 episodios mientras que la segunda, la
tercera y la cuarta contaron con 13 y esta quinta y última ha contado con dos
arcos de ocho episodios sumando 16 en total.
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